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¿Conoces mi último libro?

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Nostalgia y orgullos "subprime".

El revés que ha sufrido el presidente Obama, ha sido de las que hacen época. Hace dos años que consiguió movilizar a todo su electorado, lo que le encumbró a las alturas, y ahora ha conseguido hacer lo propio pero en sentido contrario. ¿Tan mal lo ha hecho en este tiempo? Nada hace pensar que lo haya hecho tan horriblemente, pero la crisis no ha pasado y dos años después, la economía norteamericana no da síntomas de mejoras, a pesar de todas las políticas desarrolladas. Los estadounidenses tienen miedo y ello ha provocado un giro copernicano hacia las tesis más conservadoras, pero conservadoras... ¿de qué?

El "Tea Party" -los más republicanos entre los republicanos- se han movilizado ante la pérdida de los valores americanos y la intromisión del Estado, y la gente se les ha sumado en masa a la recuperación de esa esencia e identidad perdidas dando la espalda a Obama. Los norteamericanos quieren volver a la situación anterior a la crisis, pero el problema es que ya nada es igual que antes de la crisis. El escenario ha cambiado de arriba a abajo.

El reparto de poder en el mundo ha cambiado de una forma brusca y tal como apuntaba Javier Solana esta mañana en Rac-1, antes de la crisis se reunía el G-8 y afuera se esperaban China, Brasil e India. Ahora, tal como está la situación, estos tres países han pasado a ser actores de primer orden dentro de la economía mundial a costa de los anteriores "jefes" del mundo.

Europa, tan dividida como siempre, se mueve en la indefinición de si sale o no sale de la crisis. Estados Unidos, no está saliendo, en buena parte provocado por el infinito agujero negro económico que le supone las guerras de Irak y de Afganistán. Se obstinaron en ganar supremacía siguiendo métodos de principios del siglo XX, cuando ahora, la supremacía mundial se gana con un teclado en las manos y el principal recurso de los países es su gente. Ahora, lo están pagando caro.

En realidad los americanos han votado por la nostalgia, en el convencimiento de que el hecho de pensar en los buenos tiempos les llevará hacia adelante, negándose a ver que los tiempos han cambiado y que lo de siempre ya no funciona. Estados Unidos se ha vuelto conservadora de una imagen -el sueño americano- y de algo que ya no existe -la economía más potente del mundo- al volatilizarse tras el hundimiento bursátil.

Obama ha actuado como debía, pero es muy difícil que el americano medio -que no conoce nada más allá de su ombligo- se convenza de que ya no son el sheriff del mundo y que ahora, los jefes gastan turbantes y ojos rasgados. Los imperios caen y suben otros, o si no, que se lo pregunten a España, Portugal, Francia o Gran Bretaña, antiguas potencias que son ahora caricaturas de lo que llegaron a ser -sobretodo las dos primeras.

El orgullo imperialista de un pueblo ahogado en las hipotecas "subprime", ha hablado en las urnas. Ahora depende de su capacidad de asimilación de la inminente pérdida del trono mundial para poderse mantener en cabeza o no. Si se cierran en la nostalgia de lo que se hubo sido pero ya no se es, el camino se va a presentar muy cuesta abajo. ¿Lo peor? Que tienen más armamento nuclear que nadie.

Eso sí que es para temblar.

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